"Formamos en cierta medida el mundo del mañana con nuestros juguetes. Por eso tenemos una responsabilidad y queremos cumplir con ella", comienza el director gerente Dennis Gies. Esto es válido no solo para la Manufactura Käthe Kruse, que dirige, sino para todo el grupo Hape, al que pertenece la empresa desde 2013. Käthe Kruse, por su parte, puede mirar hacia atrás a una larga historia empresarial.

La primera muñeca fue creada en 1905. "Käthe Kruse quería hacer una muñeca para su propio hijo. En aquel tiempo, no había muñecas hechas explícitamente para manos de niños. Entonces, ella llenó un paño de mimos con arena e improvisó", describe Dennis Gies los primeros días de la manufactura. Desde 1954, la empresa está ubicada en Donauwörth, emplea a 150 trabajadores con una facturación de seis millones de EUR al año. "Käthe Kruse creó mucho en aquel tiempo como empresaria independiente. Esto es algo que debe ser considerado, especialmente en el contexto temporal. Estamos orgullosos de continuar con este legado", elogia Dennis Gies a la fundadora.

Misión Empoderamiento

Que este legado puede vivir con innovaciones en el presente se ve claramente en una serie especial de muñecas de juego. Los Kruselings son cinco personajes de muñecas, para los cuales un autor de libros infantiles ha escrito dos historias adecuadas. “Por la noche, las cuatro chicas se transforman en superheroínas”, revela Dennis Gies, “y con eso le damos una plataforma al tema ‘Empoderamiento Femenino’. Al mismo tiempo, contrarrestamos la mala transmisión de valores con el cuerpo ideal de una Barbie.” El aspecto del ‘Edutainment’ lo ve el gerente como un factor importante. “Queremos que los niños interactúen con nuestras muñecas y además puedan ponerse en su lugar: aprender jugando. Esto, por ejemplo, puede mejorar las habilidades cognitivas.”

Legado de los fabricantes de juguetes

Dennis Gies ve en Alemania un mercado donde se perpetúa el legado de los fabricantes de juguetes. En muchos países este espíritu especial se ha perdido o nunca existió: "Käthe Kruse es un taller manufacturero, por lo que el trabajo manual es común y hemos mantenido esta orientación básica en el mercado." Sin embargo, el mercado se ha vuelto más sensible, especialmente cuando se trata de precios. "Hemos respondido al comportamiento de los compradores. La producción de muñecas de juego para niños la hemos trasladado a Letonia. Las muñecas de coleccionista todavía se fabrican al 100% en Donauwörth. Pero hay que admitir que aquí una sola muñeca cuesta entre 600 y 1.000 EUR."

Las muñecas se entregan en más de 60 países y la exportación representa el 50% del volumen de negocios total. Käthe Kruse es especialmente apreciada en China, como revela finalmente Dennis Gies: "Los productos de Alemania tienen un alto estatus en Asia. Especialmente cuando se trata de juguetes para niños. Los niños son simplemente el bien más precioso y con juguetes educativos realmente tenemos muchas puertas abiertas."